viernes, 25 de abril de 2014

               Resumen de La Odisea y La Iliada 


La ilíada


 Es “el poema de la guerra, la furia y la muerte” y está

compuesto por más de 15.000 versos repartidos en 24

cantos. Cuenta algunos sucesos de la primera parte 

del“ciclo troyano” –no todos- acontecidos durante la guerra 

de Troya, que sucedió aproximadamente sobre el año 1250 

a.C.: el asedio que las tropas griegas dirigidas por el rey de 

reyes Agamenón hicieron sobre las murallas de la 

inexpugnable Ilión (Troya), la de los muros erigidos por el 

dios Poseidón y gobernada por el rey Príamo. Sin 

embargo, de los 10 años de asedio, Homero apenas si nos 

cuenta los episodios de un par de meses en el décimo año

de guerra, la llamada “cólera de Aquiles”:

el enfrentamiento del protagonista griego con Agamenón a

causa de una esclava prisionera, Briseida; el retiro de 

Aquiles del combate y las consiguientes derrotas griegas,

huérfanas del primero de sus héroes; la lucha de Patroclo

con las armas del “pélida” y su muerte; el dolor de Aquiles y

su retorno al combate para vengar la muerte de su favorito; 

por último, la derrota del troyano Héctor, cuyo cadáver es

cruelmente arrastrado en torno a la ciudad, y la entrega de 

su cadáver al rey Príamo, para celebrar unos funerales

apropiados.


 Este es el argumento de la obra. Sabemos que el relato

general del “ciclo” tiene su origen y su propio desenlace, su

comienzo y su final, pero Homero sólo se detiene en un 

episodio lleno de escenas de especial relevancia: los 

brutales combates entre nobles, el llamado “catálogo de las 

naves” en el que se enumeran las fuerzas de los griegos, la

despedida de Héctor y su esposa Andrómaca, o la 

asamblea

de los dioses, presidida por Zeus, discutiendo sobre la

suerte de los combatientes. En estos episodios se detallan

con atención y solemnidad los rasgos de los personajes

(y sus epítetos: Aquiles es “el de los pies ligeros”; Ulises “el 

astuto”, “el de muchos recursos”; la diosa Atenea “la de ojos

glaucos”, etc.)., principales y secundarios, humanos y 

divinos, en torno a los cuales los dioses del Olimpo 

intervienen a favor o en contra de los bandos contendientes.


 La Ilíada es el reflejo legendario de una época ya pasada 

en la que valían la fuerza y la astucia, la rapiña y la guerra, 

la muerte heroica y rápida (el ejemplo del joven Aquiles)

época en la que humanos y dioses actuaban al unísono 

para resolver las rivalidades de la tierra y del Olimpo. Una 

época, demás, que ha sido arqueológicamente datada 

gracias a los hallazgos de uno de los aventureros más

apasionantes del siglo XIX: H. Schliemann, quien con la 

única ayuda del texto homérico fue capaz de encontrar en la

colina turca de Hissarlik los restos de la antigua Troya, 

demostrando en 1870 que la ciudad sufrió una tremenda 

destrucción en el siglo XIII a.C., con lo cual quedaría

probado que las historias que cantó Homero allá por el silo

VIII a.C. tuvieron su germen real unos siglos antes.

La Odisea


 Si la Ilíada narra la leyenda de las guerras de los héroes

micénicos, la Odisea es la historia de un viaje, paradigma de

las grandes aventuras humanas que exigen enormes 

sacrificios personales y notables hazañas colectivas. El viaje

de Ulises (u Odiseo), rey de la pequeña isla de Ítaca, que 

ayudó con sus muchas e ingeniosas argucias (él ideó, por 

ejemplo, la creación del fatídico “caballo”) al término de la

larga guerra troyana. Pero Ulises, “el astuto”, el que se 

disfraza, el más inteligente e ingenioso de los monarcas 

griegos, sufrió como muchos otros reyes un castigo divino

que le impedía regresar en paz a su reino.

Y después de diez años de combate, anduvo errante 

durante otros tantos en soledad o con algunos de sus 

hombres por todo el Mediterráneo, a expensas de la ira del 

dios Poseidón, hasta que finalmente dio con sus heridos

huesos en la isla de la ninfa Calipso. Pudo luego llegar a 

tierra de los acogedores Feacios, donde narró las aventuras

y desgracias más famosas de la literatura: sus peripecias

con los lotófagos (los que provocaban el irreparable olvido),

el encuentro esperanzado con el dios Eolo, su 

enfrentamiento con el cíclope Polifemo (aquel de un solo 

ojo, engañado y cegado por Ulises-“nadie”), la maga Circe 

(que convertía a los compañeros del rey en animales), su 

descenso al Hades (el clásico mundo de los muertos en el 

que, entre las difusas almas de los difuntos, se encontró 

con el adivino Tiresias), su lucha con el desesperante canto 

de las sirenas y con los monstruos Escila y Caribdis, y la 

llegada a la isla maravillosa de Calipso. 

 Acabado el relato, Ulises consigue llegar a casa, a su 

ansiada Ítaca, donde aún le quedan serios problemas por 

resolver: su fiel esposa Penélope confía en su llegada 

desde 

hace 20 años, pero está rodeada de nuevos y aprovechados

pretendientes que invaden el palacio real. Ulises, disfrazado

de anciano gracias a las artes de su protectora Atenea, 

logra entrar en su casa y acabar con los enemigos gracias a

la ayuda de su hijo Telémaco.

 Aquí acaba la historia de la Odisea , poema del amor y del 

heroísmo, símbolo del viaje que todo hombre debe hacer 

para encontrar su destino, la aventura de un héroe 

esforzado que intenta regresar a su patria, a su hogar, y 

que pierde compañeros y años, pero obtiene la recompensa 

de la fidelidad y la paz definitivas.


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